lunes, 26 de marzo de 2007

Entre el lamento ahogado y el extraño rostro de la felicidad


parece que alguien o algo no quiere que esto se publique pues todo lo que en esta zona se había plasmado por una falla técnica desapareció.

La redacción tal vez cambie pero el sentimiento es el mismo así que asumo el desafío de recordar lo que ya había escapado por los poros


Es entonces que en el viaje a la memoria veo que hablaba de contrastes y de los grandes polos que hoy se vuelven vorágine en mi vida.

La partida hacia el misterio del padre de un ser querido me obligó a ir a ese lugar donde las penas se unen con las esperanzas y en ocasiones se confunden entre ellas, donde ante el abismo se recuerda lo que se tuvo y se reniega de lo que escapó, donde la delgada línea entre el presente y el tiempo no conjugable deja de ser retórica y se erige amenazadoramente, donde principio y fin son hermanos siameses que se odian entre ellos y en ocasiones se mordisquean el uno al otro hasta sangrar pero que no pueden vivir separados.

El dolor era actor obligado…la pérdida el camino…el renacer el destino. En esta ocasión me tocó ser el fuerte o pretender serlo, enfrentando la tristeza de 3 partes fundamentales de mi alma que se lamentaban cada uno en su esfera sin que yo pudiera hacer más que verlos de fuera esperando a que todo pasara para que se dieran cuenta (al igual que tuve la oportunidad de hacerlo yo) que todo ese ardor al interior del cuerpo tiene como fin último sembrar lo necesario para seguir adelante, sostenerse, gozar, vivir y caer de nuevo para levantarse aún más alto.

..complicada tarea me tocó entonces porque así como cada uno enfrentaba su pérdida yo vivía lo propio cuando mi amiga, mi confidente…mi regreso a la fe, partía con un lamento a cuestas provocado por mi o por la falta de entendimiento de que hay cosas que simplemente no pueden ser.


Y en ese preciso momento en que no sabía de dónde sacar fuerza para inyectársela a mis 3 espíritus -como siempre que la he necesitado- llegó a mis oídos su susurro que melódicamente desafió los kilómetros para estar conmigo y como caricia se deslizó para decirme “te extraño”.


Un segundo plano en ese sonido delicado decía “estoy aquí, estoy en ti…estoy para ti y contigo, soy real…nací desde tu espalda como tu naciste de la mía, justo en esta parte donde se protege lo que llaman alma, soy tu esperanza y tu ilusión aquella por la que estás dispuesto a soñar de nuevo aún a sabiendas que puedes caer, soy ese suspiro que te acompaña cuando la felicidad se deja ver …soy real. Quiero que no olvides que estamos juntos y que no sabemos qué nos depara el futuro, que no sabemos qué pasará pero que eso no importa ahora porque somos presente, porque somos vida, porque aunque no lo quieras ya soy en ti y quiero en este día seguir siéndolo”.

Tal vez fue un momento de locura temporal, tal vez sólo quería decir “te extraño”, tal vez fue un idilio, pero uno que necesitaba para poder retener el alma en los pulmones y tensar los músculos lo suficiente con el fin de soportar estar ahí para mis otros 3 seres que me necesitaban, para que no olvidara que soy feliz (que me perdonen ese día los muertos por mi felicidad).

Y si no me necesitaban por lo menos sí podría serles útil pues en esos momentos su dolor desgarraba en diferentes formas pero esos 3 seres míticos demostraron su valía para enfrentarlo con todo el temple del guerrero épico, ese trio parte de mi vida tiene nombre: Miguel Angel que se mantuvo en pie sin de entender porqué su padre había acaecido ante una infección de riñón que poco a poco fue devorando sus sentidos hasta dejarlo sin la posibilidad de reconocer a su gente y que dio su estocada final con 2 cuágulos en el cerebro; buscando guardar su tristeza para sostener el peso de una familia que a su par se desmoronaba y demostrando su valentía de hombre cuando dejó que las lágrimas escaparan de él

Alejandra que por apoyar al primero retuvo su lamento y el reto de encontrarse cara a cara con un pasado de 8 años que aún le pesa y que tuvo a escasos pasos aunque a miles de lamentos de distancia.

Aquella hoy sin nombre qe está en proceso de enfrentar lo cruel que puede ser la vida y de comprender que el sufrir a veces es el precio de querer y que la vida, sí..la vida , se te puede escapar entre el dióxido de carbono que exhalas de manera tan cotidiana. Pero que es una niña con un espíritu tan grande que uno no quisiera que tuviera que pasar por todas esas heridas que lastiman pero que son necesarias para ser un guerrero de verdad.

Mis 3 guerreros de batalla épica estaban luchando cada uno en su esfera, malheridos, agotados pero todos sin doblarse…el próximo paso se habría de dar.

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